Se pierde un ilustrísimo perfeccionador del lenguaje,
un virtuoso de la palabra mal hablada,
un onomatopeyista extremo,
una risa sincera y contagiosa,
una mirada única y cercana.
Nos quedamos con sus reyes de las españas inmortales,
sus fachas que desprenden olor a mierda,
Su jose mari matamoros,
Su puta españa..y también la nuestra.
Su humor cotidiano.
No perdemos un actor,
ni un compañero,
perdemos un amigo con el que reirse de la vida delante de un café, a través de una pantalla.
El poeta del pueblo: Rubianes Solamente
Siempre me gustó este hombre...
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